miércoles, 13 de mayo de 2020

Historias de un Infierno XIV



He perdido muchas fotos viejas, pero curiosamente éstas aún las conservo...



Recuerdo que escribí sobre esto cuando pasó. No sé por qué lo borré, y menos por qué lo reescribo ahora, pero pues ahí va...



Ya 10 años de lo de "Estefanía & Colegas"...


Como casi todas las joyerías intermediarias, vendíamos marcas pirata. Siempre ha sido lo que más se vende. La razón, sea que todo buen diseño siempre es plagiado, o la falsa sensación de status de la gente (lo que sea que eso signifique) o alguna otra cosa, es irrelevante. Así fue, así es y no hay razón para que deje de ser así en un futuro, sea cercano o lejano.

Era abril, acercándose el día de las madres, y siendo (ya desde entonces) una mala época para las ventas, uno estaba desesperado por vender. Recuerdo que llegaban algunas personas preguntando por esa marca en especial (Estefanía); sin embargo, no pedían nada específico, tomando en cuenta que tienen cientos de modelos diferentes, y cuando se les preguntaba si buscaban alguna pieza en particular, se limitaban a decir “no sé, muéstrame qué tienes”. Labor de venta para disfrazar la desesperación por vender para sacar los gastos (algo que 10 años después no ha cambiado), mostrábamos todo lo que teníamos de la misma. No compraban nada, el fallido intento de venta terminaba siempre en “dame una tarjeta, después volveré”.
"Curiosamente" sólo buscaban esa marca. Las demás ni las pelaban.

Miércoles 12 de mayo de 2010. 13 hrs aprox. Un operativo en la plaza. Entran decenas de policías y otros encapuchados, con pasamontañas y con rifles M-20. Pareciera que vienen por un rey de la droga. Pero no. Junto con todos ellos viene una abogada y un señor viejo, gordo, con la barba mal arreglada y vestimenta desgastada y probablemente sucia, quien resultó ser el “apoderado” de Estefanía. Por último, ubicamos a varios de los policías: fueron los que unas semanas antes iban a preguntar por la susodicha marca (obvio ya en ese momento uniformados, pero antes habían ido de civiles).

Para pronto: es un operativo contra piratería de joyería de Estefanía. Traían una orden de cateo - que no nos permitieron ver de cerca - contra 3 locales, incluyéndonos. Nos hallaron 3 piezas de plata con un valor que no llegaba ni a 500 pesos. A los otros 2 sí les hallaron más. El dueño o el responsable de cada negocio tenía que comparecer ante el Ministerio Público y pagar una multa (?) de 350 mil pesos por establecimiento (!) más un extra que ya no recuerdo, pero que lo hacía ascender aún más. Nos subieron a una camioneta con placas de civil (no sé mucho de estas cosas pero para mí, si no te suben a una patrulla, eso es secuestro). Tras mucho papeleo y demás estupideces de logística, inicia el “traslado” hacia unas cuadras cercanas, donde se detienen para hacer lo mismo y arrestar a otros 3 locatarios (y alargar aún más todo).

19:00 hrs. por fin llegamos al MP de Álvaro Obregón. Nos van a dejar ahí en lo que los abogados de cada uno llegan a un acuerdo con estos cabrones, dependiendo la cantidad de piezas que se les haya decomisado, y si la multa es pagada antes de medianoche; de lo contrario, al día siguiente seríamos procesados y encerrados en el reclusorio. A las mujeres, locatarias y/o encargadas, las mantienen dentro de las oficinas. A los hombres nos meten a una celda de separos. Un cuarto largo, angosto, con 4 celdas. Las 2 de las orillas, cerradas y llenas. Una vacía y sucia. La otra (la que nos toca), vacía, pero con todas las paredes literalmente pintarrajeadas con mierda. El hedor más fuerte y asqueroso que he olido en mi miserable vida. Afortunadamente no nos quitan nada, y yo traigo 2 cajetillas de cigarros, las que nos terminamos en menos de 3 horas entre los 7 que estábamos ahí. Ya no recuerdo si fumábamos por los nervios o para disimular un poco el hedor de las paredes (ni la letrina que había ahí olía tan fuerte).
2:00 hrs. Finalmente los abogados de cada uno han llegado a un acuerdo con el marrano apoderado y la abogata, y cada uno empieza a salir de la celda hacia las oficinas, firmar sepa la madre qué, e irse muy lejos de ahí.
Si hay algún epílogo, es que nos sangraron "solamente" poco más de 100 mil que obviamente no teníamos (y fuimos a los que les fue mejor, a los demás los sangraron aún más), y pagar los préstamos con los que juntamos esa cantidad (y sus respectivos intereses) fue una de las muchas razones por las que nuestro negocio ya no es lo que fue. Lo peor es que, como dije al principio, la falsa sensación de status no se acabará nunca, y las mugres marcas las siguen pidiendo como si no existiese nada más, así que las seguimos trabajando, pero ya muy por debajo del radar...



No tengo ganas de dar mi punto de vista ni llegar a ninguna conclusión, como suelo hacer en estos intentos de escritos. Lo había borrado, lo quise reescribir ahora, es todo.
Lo que sí, finalizo con los puntos “interesantes” de todo ese meollo:


-Cuando nos subieron y se detuvieron a unas cuadras para arrestar a otros locatarios, subieron a uno de ellos a mi lado. Estábamos sentados sobre la lámina de una camioneta, y nos “hicieron favor” de dejar la puerta abierta en lo que reanudaban el traslado. De repente vi, entre todos los curiosos que se asomaban a ver qué pasaba, a un fulano de ascendencia rusa que quiénsabe por qué terminó en México y de chalán de varios fabricantes (lo sé porque más de una vez lo mandaron conmigo a cobrar alguna nota pendiente). Estaba haciéndome señas de “háblale al wey que está a tu lado”. Le llamé al señor a mi lado, que estaba con las manos en la cara, y le susurré “señor, le llama el ruso”. Alzó la cabeza, volteó y vio al ruso, quien igual con señas le dijo “oiga ¿cuándo paso a cobrarle?”...
Fue la “comidilla” dentro de las celdas, mientras fumábamos como si no hubiese un porvenir, para intentar relajarnos y reír un poco entre toda la incertidumbre.


-No teníamos ni 1 hora dentro de la celda cuando entró un policía al cuarto de los separos a gritar “¡a un lado que viene un herido de bala!”. Salió y al poco rato entraron otros 2 policías cargando a un chavo como de 18 años, gritando y llorando. Pensé que forcejeaba, pero vimos que traía uno de sus tenis bañado en sangre y con un hoyo negro. Aullaba de dolor. Cuando lo dejaron en una de las celdas de las orillas (donde había otros detenidos) uno de los policías le gritó “¡Ya cállate” Y agradece que existen Derechos Humanos, si no, me cae de madre que te hubiésemos rematado, hijo de tu puta madre”.
Tras un rato cesaron los gritos y los policías se fueron. No sé si lo anestesiaron o algo, pero ni volvió a gritar en el tiempo que estuvimos ahí, ni persona alguna fue a atenderlo o mínimo ver cómo seguía...



-Por ahí de las 22 hrs entró un policía a ver que todos los reos estuviesen tranquilos. Le sorprendió ver que nuestra celda estaba abierta (o así de inofensivos somos los joyeros o -como ya se habrán imaginado - fue un vil circo para sangrarle el dinero a los pobres pendejos que tenían su mercancía pirata a la vista de todos) y se acercó. Nos preguntó (con un marcado y nada fingido acento norteño) si acaso éramos unos narcos o algo así. Le platicamos rápidamente la historia y se quedó más confundido, y exclamó “¿y pa’qué jijoelashingada los trajeron aquí, si este MP es para drogadicción? Hasta donde sho sé, todo lo de deresho de autor corresponde al MP Cuauhtémoc... Nooo pos la verdá’ no quiero opinar nada, pero pues hasta pa’ mí está muy pinshi raro”.
Saque Ud. Sus conclusiones...


-Por ahi de las 23 hrs entró un 8vo fulano con nosotros, también joyero y detenido por el mismo menester, y nos contó que ya no había nadie en oficina, que ya debían haberse ido a descansar y que probablemente nos iban a dejar ahí toda la noche, o bien, que al día siguiente nos iban a llevar al Reclusorio Norte en lo que terminaban de negociar si nos encerraban bien o nos soltaban según lo que lograsen los abogados. Le preguntamos a otro policía que cuidaba la entrada y nos lo confirmó. Ahí fue el verdadero momento de terror para todos. Spoiler alert: ya dije arriba que a las 2 a.m. nos empezaron a llamar y salimos.

No soy de creer en señales divinas ni en milagros ni esas madres, pero no puedo explicar cómo fue que, por ahí de la 1 a.m., hallé algo escrito en las paredes, y con apenas nada de batería en el celular lo alcancé a fotografiar... Lo que sí, de algún modo eso me tranquilizó hasta que salí, y aún con los problemas que acarreó, no quebramos (ni nos quebramos) y aquí seguimos.



Recuerdo que escribí sobre esto cuando pasó. No sé por qué lo borré, y menos por qué lo reescribo ahora, pero sí recuerdo bien por qué jamás lo voy a olvidar...

domingo, 26 de abril de 2020

Ilust. 019: Despair


12 horas. Pude invertirle más tiempo, pero para toda la práctica que he perdido así está bien.

Seguimos. Namaste.

jueves, 16 de abril de 2020

AntiManga 092









Esto iba a ser un escrito, pero desde la cuarentena tengo un poco más de tiempo libre.
Btw queda más limpio el resultado haciéndolo todo digital en vez de escanear dibujos a mano.

Aquí seguimos. Namaste.