sábado, 29 de junio de 2013

Ilust. 013 - Riza Hawkeye's Tatoo




Los fans de FullMetal Alchemist no necesitan mayor explicación sobre este dibujo. 
Lo quise grabar a láser en un Zippo, y para variar el internet me falla en estos menesteres ¬¬ así que tuve que armarme de cafeína y tabaco, y trazarlo yo mismo, tal como el círculo de transmutación humana, que pueden ver aquí.

Primero subo el original de 999ups, del cual me basé (el cual btw es el único decente en toda la interwebz)



Éste es el mío.



 y la prueba:




No se parece tanto, principalmente en las letras, soy demasiado sangrón y busqué simetría por encima de todo, así que quedaron muchos espacios en blanco y sobre todo, está medio encimado. Pero bueno, para lo que yo lo uso cumple con su propósito. Si alguien quiere que se parezca más al primero, que lo modifique al estilo DIY n___n
Ya después subiré el archivo a Mega para descarga directa, (y de paso subiré al blog la foto del Zippo grabado)...

Namaste.



Update 8-Julio--13

Por alguna razón las personas que sólo usan Corel o Inkscape tienen broncas con los archivos .EPS, lo me desconcierta puesto que Illustrator es más sangrón en cuanto a compatibilidad, así que ahora lo subo en .SVG (además que pesa muuuuuucho menos). La fuente es Augusta Regular, por si van a modificarlo.


Recuerden que es Creative Commons, úsenlo, compártanlo o modifíquenlo al gusto (suck on that Shutterstock n____n). 



Update 2: Apenas entendí por qué el primer círculo de transmutación no requería Decrypt Key y este sí, sorry por ello n_n' (no me regañen, soy medio n00b para trepar archivos a las nubes, snif)
Si a alguien aún le interesa, éste es el Key:

TZ-uh1N_E17OeG-DJDY1FwS5s6xmVIPFulJQtG8yIRY

Btw, Mega genera el Key, no el usuario, para que no me pregunten "¿no se te ocurrió otra clave más larga?" snif...
Namaste.

domingo, 2 de junio de 2013

Historias de un Infierno VIII


No estoy lucrando con ella, no me demanden, snif...





...arrodillado, alzo los ojos buscando a Dios, y no veo nada allá arriba. Sólo un cielo triste y amargo. Soy un hombre humilde jugando a ser un niño rico. O está lloviendo, o estoy llorando...



______________________________________________________________

Voy caminando al trabajo con un café de minisúper en la mano y un cigarro humeante en la otra. Mi mente divaga en los pendientes del día, en la poca venta que hemos tenido últimamente, y en que es viernes de quincena, así que quizá hoy se arregle la venta. Llego al trabajo con media hora de retraso, aunque pienso que no es tanto, mi familia contrató a una chica que diario llega a tiempo, así que por media hora no hay nada qué lamentar. Me equivoqué…

Una mujer de unos 40 años bien conservada, que disimula unos 5 años menos, está observando algunas joyas que le muestra la empleada. Me acerco y la reconozco. Había ido el día anterior a cotizar joyas para la graduación de su hija, pero se le hacía tarde para una entrevista (según ella) en las oficinas del periódico Excelsior, que queda a unos 20 minutos a pie de la plaza donde laboro, así que se fue y no volvió.
Regresó esa mañana, y me dijo que necesitaba varios regalos, que en total resultaron 15 anillos con 2 moneditas lisas colgantes en cada uno, 28 pares de mancuernillas de diferentes modelos y una pulsera, todos de plata. Me pide además una réplica de un anillo de plata con una especie de disco de acrílico rojo que ella traía, sólo que el disco de la réplica debe ser de oro macizo. Me pide que los anillos y las mancuernillas lleven un esmalte negro especial, para que queden más bonitas. No sé si lograré sacar todo el trabajo, pero acepto.




______________________________________________________________

Yo vengo de una familia de campesinos en pobreza extrema, que a duras penas aprendieron a leer y escribir. Mis padres vienen de comunidades demasiado pequeñas y aisladas como para ser consideradas como pueblos. Vinieron a la gran orbe mexicana en busca de algo mejor, tras pasar toda su infancia y parte de la adolescencia en lo que ellos llaman "la nada". Ahora son ciudadanos comunes, luchando día a día como millones en esta ciudad. Han logrado salir adelante, criar a sus hijos, darles oportunidades que ellos nunca tuvieron, y todas esas cosas que parecen sacadas de algún cuento de Juan Rulfo.



______________________________________________________________

Me dice la clienta que hay un problema con el pedido de las joyas: la graduación es al día siguiente, y para después ya no sirve el pedido. Medito rápidamente la posibilidad de fabricar el pedido a tiempo y sacar una buena utilidad pecunaria, así que tras un minuto de reflexión acepto el trabajo. Acordamos los precios y ella me deja un cheque por la mitad, mismo que me pide cobrar en unas horas, ya que necesita hablar al banco para dar de alta su chequera recién adquirida.
Tras dar detalles del pedido, dejarme sus datos para contactarla, e irse, comienza el infierno. Resuelvo ir primero a "apalabrarme" con diversos joyeros, para que se comprometan a no dejarme tirado con el trabajo. Logro acordar con 4 joyeros diferentes, quienes al parecer están más encantados que yo por el trabajo, cosa que no me sorprende del todo, no soy el único que ha sido víctima del poco trabajo en los últimos días. Negocio con un vendedor para que me consiga los mecanismos de las mancuernillas. Hablo con un 5to joyero para que saque el molde de uno de los modelos para que los vacíe en serie.
A la 1 de la tarde llamo a la clienta para preguntar por el cheque. Me dice que ya lo puedo cobrar, y corro al banco. Salgo con el dinero y regreso a la tienda. Mi hermano ya llegó, y me pide el dinero para ir a comprar la plata. Tras conseguirla a un precio increíblemente bajo, corro a fundir con un joyero ya bastante avanzado de edad (y de experiencia). Observo cómo funden en minutos casi medio kilo de plata, y proceden a sacar una chapa con un laminador eléctrico. Al terminar corto la placa resultante y la distribuyo entre los joyeros con quienes me apalabré, para que comiencen a trabajar. Y se me va la tarde en dar instrucciones y darme vueltas entre todos los talleres para supervisar el trabajo.
Todo esto es jerga de joyeros que dudo que quien lea esto (si es que alguien más lo lee) lo comprenda, pero podrá darse una idea de lo que significa fabricar con el tiempo encima.



______________________________________________________________

Desde que tengo uso de razón mis padres me han puesto en contacto con la gente de los ranchos donde nacieron, en sus palabras "para que aprendiese a valorar lo que ellos han logrado". Gente sin posesiones materiales, y a veces sin tener para comer, ya ni digamos saludablemente. Al mismo tiempo mi entorno habitual fue gente de clase media de la ciudad, con mayor educación (así como costumbres y facciones menos autóctonas) de lo que mis padres podían ofrecer.

Actualmente, donde trabajo, estoy rodeado de gente de todas las clases. Los más humildes, de quienes puedo resumir sus vidas en una mini anéctoda: una chica que conocí y que trabajó en una joyería vecina, de donde la corrieron porque recibió un billete falso: "No tenía forma de saber si era auténtico o no - me dijo - yo nunca había visto antes un billete de mil pesos".
En 2da instancia, la gente de medianos o pocos recursos, que viven al día, viven cómodamente mas no con grandes lujos, que son básicamente los empleados que han sabido administrarse con lo que ganan.
En 3er lugar, la gente de media-alta clase. Gente que les ha costado su trabajo, pero que han hecho un buen capital. Por lo general los dueños de las joyerías pequeñas o medianas.
Y por último, la gente de élite, como suelo llamarlos. Los dueños de las grandes joyerías, o bien, sus hijos o familiares inmediatos. También los dueños del Centro Joyero. No me explico aún cómo es que he entablado conversación con muchos de ellos.

Tras pasar años brincando en diferentes entornos, descubrí algunas cosas. La gente pobre tiene una cosa en común: no les interesa algo mejor. Es más fácil culpar a los demás de la precaria situación y hablar mal de la gente adinerada a poner cartas en el asunto y luchar por un mejor porvenir. Si uno tiene salud y algo de comida hay que dar gracias a Dios Padre, a Jesucristo, a la Virgencita de Guadalupe, a San Juditas Tadeo o de perdida, a algún santo con fama de milagroso, y no al mérito propio. Si tienes dinero, es que estafaste a alguien, o robas, o simplemente la vida ha sido demasiado fácil para ti, cumpliéndose la ley de Jante "si no eres nadie, estás bien". Pareciera mentira, pero esa forma estúpida de pensar es más común de lo que parece.
Por el otro lado, la gente adinerada rara vez le echa la culpa a los demás. Suelen mofarse de las creencias populares, y no son tan religiosos como la clase trabajadora. Son unos cerdos capitalistas, como los llama la gente que los envidian. Saben que si algo no deja dinero no sirve, y que lo que uno tiene es el resultado de lo que ha hecho en su vida. Para ellos, nunca hay que conformarse con lo que uno tiene, y hay que seguir adelante, y si uno está jodido es porque quiere. Sin embargo, su arrogancia es proporcional al dinero que tienen, y a quienes tienen menos suelen humillarlos o verlos hacia abajo. Conozco muchos casos así, y yo mismo los he vivido.

Esas diferentes formas de pensar, aunadas a mis orígenes, siempre me trajeron muchos conflictos. Para la gente jodida yo siempre fui el niño rico de ciudad. Para la gente adinerada de ciudad yo siempre fui el niñito pobre hijo de campesinos intentando ser alguien. Nunca he encajado en ningún ámbito social. En parte eso contribuyó para que decidiese ser antisocial. Mucha gente cree que soy así porque me siento superior a los demás. Si sentirse superior es pensar que no soy tan estúpido como quienes me juzgaron por mis orígenes y no por quien yo era, entonces quizá tienen algo de razón...




______________________________________________________________

A las 7 de la noche estoy encerrado en el edificio donde aún están trabajando los joyeros. Uno de ellos, a quien le apodan el Gato, un señor de unos 48 años, bajito, con quizá el mismo pasado que mis padres, pero que por no querer salir nunca de su zona de confort no tiene gran cosa, es mi joyero habitual, ya que tiene fácil unos 30 años de experiencia en joyería, y él accedió a fabricar los 15 anillos con sus 2 placas redondas colgantes.
Los otros dos joyeros, que tengo entendido que son cuñados, y a quienes mi hermano y yo solemos referirnos como "los Mutantes" (apodo que les puso su ex patrón, porque sus facciones les dan un cierto aire a dichos personajes que aparecían en la vieja caricatura de los Thundercats), son quienes se ofrecieron para fabricar la pulsera de argollas (que es una serie de argollitas en miniatura, unidas por un elástico) y los 28 pares de mancuernillas. Mi hermano está supervisando al 4to joyero que está en otro edificio, quien está haciendo el anillo con el disco de oro. De todos los que están trabajando es el mejor, aunque también el más lento.
Voy brincando de un taller a otro, supervisando el trabajo. Traigo pocos cigarros, y la noche va para largo, y no puedo ya salir a comprar cigarros, el velador ya cerró el edificio, y aunque no corren a nadie, ya no dejan volver a entrar.
Veo que no vamos a terminar temprano, y descarto esmaltar las piezas. Encima que ya no va a costear (tras hacer cuentas vi que malbaraté un poco el trabajo), no va a alcanzar el tiempo para el esmalte.

El Gato me cuenta un poco de su historia mientras sigue trabajando. Me habla de cómo la gente con dinero siempre lo ha hecho menos, por ser de pueblo, y que su sudor le ha costado hacerse de nombre, a tal grado que varias joyerías le llevan sus composturas y trabajos especiales. Me cuenta que él cuando llegó no conocía nada de la ciudad, y que cuando pasó por primera vez frente al Palacio de Bellas Artes se persignó, creyendo que era una iglesia. También que cuando pasó por Palacio Nacional pensó que era una vecindad enorme. Los dueños del taller que estaban alrededor (que sólo están ahí bebiendo mezcal con refresco de toronja y escuchando canciones de Emmanuel) se burlan y lo llaman "indio pendejo" como suelen llamarse entre ellos. No me da risa nada de ello. Me invade una cierta tristeza. Sin tener el mismo origen que él, sé muy bien lo que es venir de la nada a la ciudad del todo, y que no haya nadie quien te tienda la mano. Estás solo con tu tristeza, mirando siempre al cielo, buscando a alguien que enjugue tus lágrimas y comprenda tu sentir…

Tras comprobar que va a buen ritmo, regreso al taller de los mutantes, quienes son la otra cara de la moneda. Sólo les di el trabajo porque, como sé que no tienen chamba, aceptan cualquier cosa; de ahí en fuera me caen mal, son muy hocicones y tienen la sangre muy pesada. Cuando voy, uno de ellos ya está borracho, en todo el día le ha bajado más de la mitad a una botella de brandy que ha mezclado con Coca Cola. Me ofrece un vaso, y sólo para evitar discusiones (ya que odio el brandy) acepto. Está tibio, sabe horrible, pero me lo termino. En el rato que estoy, se la pasan haciendo bromas que más bien parecen indirectas, como "¿a poco ya estás cansado? ¡si los que estamos en chinga somos nosotros!" por citar una de tantas. Por prudencia me limito a sonreír, cuando en realidad estoy pensando "¡si estás en chinga es porque tienes trabajo gracias a mí, y encima te quejas, pendejo!". Los observo un rato, y decido regresar al taller del Gato.

Los dueños del taller, quienes ya están bastante borrachos, le han estado sirviendo "Palomas" al Gato, así que ya está borracho también, aunque sigue trabajando como loco. Tras comentarle que me preocupa que la clienta no quede conforme con su trabajo y me exija su dinero de vuelta, el Gato me cuenta una última historia. Hace años una señora le pidió una esclava de oro, misma que él le hizo a mano, y de un kilataje un poco mayor al solicitado. Sin embargo, la señora era una desgraciada, y una semana después de haber recogido el pedido, fue a reclamarle que la esclava, según "un conocido que era también joyero" no era oro. El Gato le dijo que no iba a discutir, y que si quería su dinero, que no había problema, pero que él había invertido su tiempo fabricando, y que el precio de la mano de obra no se lo iba a devolver, sólo el valor del metal. La señora ardió en furia y amenazó con demandarlo, con quitarle todo y meterlo a la cárcel, pero que como él no sucumbió a sus amenazas, la señora ya no hizo nada, sólo se fue hecha una fiera. Comprendo lo que me quiere decir, aunque mi perfeccionismo me insta a continuar y hacerlo lo mejor posible, para no llegar a eso.

Van a dar las 10 de la noche, y veo que aunque ya va a terminar las placas y los anillos, el Gato ya no está carburando para soldarles las argollas y pulirlos. Le digo que así está bien, que ya avanzó bastante, y que el 4to joyero (el que hizo el anillo del disco de oro) se va a encargar de terminar su trabajo. Accede y se va, no sin antes hacer una gracia final: de lo borracho que está, se le cae su cigarro al tazón del ácido sulfúrico...

Pic by Art Mageda






______________________________________________________________


Me quedo con los mutantes hasta la medianoche, tiempo durante el cual tengo que aguantar sus habladurías, por lo general demasiado inverosímiles, como el que ellos han movido bastante dinero, y sólo trabajan de joyeros porque les gusta mucho el giro. De repente se me ocurre preguntarles:

-Si la clienta hubiese llegado contigo y no conmigo ¿te habrías comprometido a sacarle el trabajo?

-La verdad no - responde uno de los mutantes tras pensar un poco -. Nosotros no tenemos la culpa de que quiera todo a última hora. Tenemos que respetar nuestro tiempo. Les trabajamos a ustedes (a mi hermano y a mí) para echarles la mano, y porque la semana estuvo jodida, del lunes para acá sólo hicimos 500 pesos para los dos. Pero la verdad nosotros sabemos, y tú lo sabes, que nadie les hace estos trabajos de un día para otro, o sea, nadie le tomaría estos trabajos... - me sigue dando una larga explicación que sólo lleva a lo mismo: a ellos también les encantaría vivir mejor y tener más trabajo, pero no les gusta sacrificar nada, y se preguntan por qué sólo habían ganado 500 pesos entre los 2 en casi toda la semana. Ambos se dan cuenta (por fortuna) y no vuelven a tocar el tema.

Finalmente me entregan el trabajo a las 12 de la noche. Salimos, me despido de ellos, no sin antes decirme que ya no hay transporte hasta donde ellos viven, y que un taxi les va a cobrar 400 pesos, y van a hacer 2 horas de camino. Me dicen medio en broma "tú vives a 20 minutos de aquí, ¿qué te preocupa?" y se van. Les doy 500 para su taxi, y me voy por mi lado. Yo alcanzo el metro y efectivamente tardo 20 minutos en volver a casa.





______________________________________________________________

Al llegar simplemente atino a acostarme y llenarme de dudas y miedos. ¿Y si no alcanzo a sacar todo el trabajo a tiempo? ¿Y si al final no me costea el trabajo y termino perdiendo dinero? ¿Y si me regresan las piezas porque no las pude esmaltar? ¿Y si se enoja más que la clienta del Gato y ésta sí me demanda? La incertidumbre da paso al insomnio, y me quedo dando vueltas en mi cama.

A la una y media de la mañana, estoy empezando a conciliar el sueño, cuando suena mi celular. Un mensaje de texto. Es la clienta, diciéndome que necesita un par extra de mancuernillas, así como una placa para colgar en una gargantilla que ella ya tiene. Recibo otro mensaje de ella casi al instante, con especificaciones de lo que quiere que se grabe en cada mancuernilla y en cada anillo. Le respondo que no hay ningún problema y que podré cumplir con su pedido, aunque en el fondo no sé ni qué estoy haciendo. Me devuelve otro mensaje preguntando por el esmalte. Eso me borra el sueño por completo. Le pido disculpas, y le explico que es demasiado poco tiempo para esmaltar, a lo que responde que le entregue las piezas que va a regalar en la graduación, y que en la semana le entregue las demás piezas ya esmaltadas. Ya fastidiado, le digo que lo consideraré, y me despido. Ella parece entender que estoy fatigado, y se despide a su vez.




______________________________________________________________

No logro conciliar el sueño. Todo el recuerdo, que normalmente mantengo oculto para que no me moleste, se aparece como un monstruo que retrocedió para tomar impulso y volver con más fuerza.

Todo vuelve a mi mente. Lo que fui. Mis orígenes. Mi nula capacidad de socializar por ser lo que soy. Un hijo de campesinos que lograron ir más allá. No puedo pensar como la gente pobre, ni vivir como la gente rica, ni conformarme como la gente media. Odio las envidias de la gente humilde, odio la arrogancia de la gente adinerada, y odio la mediocridad de la gente que está en su zona de confort.

Yo tomé el trabajo porque no quise ver transcurrir el día sin venta o sin un ingreso extra. No me gusta comer cualquier cosa, me gusta poder elegir lo que me llevo al hocico. No me gusta fumar cualquier chingadera, me gustan los cigarros "caros" de 42 pesos. No me imagino tener que pagar 400 pesos para volver a casa, pudiendo pagar 3 pesos y que me tome 20 minutos, no 2 horas.
Y al mismo tiempo, creo que me estoy engañando a mí mismo. Trabajo los 7 días de la semana. No descanso, aunque desde hace semanas mi cuerpo me exige por lo menos un día entero para dormir. Siempre estoy pagando deudas atrasadas por la poca chamba, así que rara vez tengo dinero para algo más que mi comida, mis pasajes o mis cigarros. Tiene años que no tomo vacaciones. Me meto en los problemas que me meto por ser pobre y tener una mentalidad de emprendedor, tal como el pedido de esta clienta. Estoy acabando con mis nervios, mi salud, y principalmente, con mi tiempo. Toda la gente de mi edad en viernes por la noche está emborrachándose, o cogiendo, o en el peor de los casos, descansando plácidamente. Yo estoy acabándome la vida por problemas que ni son míos, en pos de una vida que no sé si podré alcanzar en algún momento de la vida. Aún lo poco o mucho que pague esta clienta no me va a sacar de mi pobreza, es sólo un pequeño trampolín para salir de algunas deudas para compensar la escasez de venta reciente. Es un círculo vicioso del cual no sé si voy a salir algún día.



______________________________________________________________

Tanto leer me ha hecho escéptico a la religión, pero en momentos de incertidumbre, duda y remordimiento como ahora, vuelvo a mis costumbres humildes de voltear hacia arriba, buscando a algo o alguien a qué asirme, para no sentirme solo en este Vía Crucis.

Pero miro al cielo, arrodillado, buscando a Dios, y no veo nada. Sólo un cielo triste y amargo. Soy un hombre humilde, jugando a ser un niño rico.

No está lloviendo, o sea que estoy llorando


En determinado punto entre los sollozos, logro conciliar el sueño, y me pierdo.






______________________________________________________________

Es sábado. Llegamos a las 8 de la mañana y continuamos trabajando, hasta que a por fin, a las 2 de la tarde queda listo todo el pedido, y ya sólo estoy esperando a que las piezas estén grabadas, cuando llega un empleado de la clienta, quien le llama a ésta para confirmar que están todas las piezas. La clienta se enfurece cuando le digo que esmaltar las piezas tiene un costo extra y tomará más días de los que le había dicho. Intento resolverlo de la manera más diplomática que puede mi corazón "indígena", que está a punto de decirle que se vaya mucho a chingar a su madre y que se busque a otro pendejo que le resuelva sus problemas y que tenga el orgullo más pisoteado que el mío para permitir que le estén dando órdenes en plena madrugada. Si hay un Dios allá arriba, como todo mundo dice, que él sea testigo que hice todo lo que pude de mi parte para cumplir. Por fortuna, la clienta acepta, y su empleado me paga el restante y se lleva las piezas. La venta está cerrada. Ya puedo respirar un poco.



Pic 2x again by Art Mageda






______________________________________________________________

Es de noche, y estoy escribiendo todo esto para desahogarme y poner en orden mis pensamientos. Sin embargo, mi vida nunca carece de ironía. Estoy escribiendo en una computadora que usualmente sólo tienen los niños ricos. Estoy bebiendo algunas cervezas, acompañarlas con cigarros de 42 pesos, mientras escucho música en unos audífonos de buena calidad, relajándome para volver a trabajar al día siguiente. Estoy cerrando y recomenzando el círculo infernal en el que estoy metido...

Sí. Me gusta jugar al niño rico y pensar que puedo tener más, aunque en el fondo siga dudando si en verdad lo lograré, y el proceso esté disolviendo mi existir. Aún así, creo que voy por buen camino...